Los
estudios de Psicología y el conocimiento y diferenciación de los fenómenos o
hechos psicológicos son tan remotos como el origen de la ciencia en general. En
su más antigua acepción, la Psicología como tratado del alma, existe desde que
la humanidad comenzó a hacer filosofía y ciencia. La Psicología más general,
llamada después Psicología filosófica o Psicología metafísica (o también
Psicología racional por algunos, pero que no se debe confundir con Psicología
racionalista), se desarrolla desde el siglo V a. C. hasta nuestros
días, y abarca desde los estudios de los helénicos sobre el alma y la famosa
tipología de Hipócrates de Cos hasta Kant, precursor de alguna manera de la
Psicología de la forma, y hasta otros muchos posteriores, pasando por S. Agustín, S. Tomás de Aquino, etc. Durante la
primera etapa de su desarrollo, la Psicología aparece sometida a la concepción
general del Universo. Sólo poco a poco logra precisión, se purifica con S.
Tomás y otros, y se va introduciendo no sólo la observación sino también la
experimentación (ya en el s. XIX), haciendo de ella una disciplina
diferenciada, con un objeto delimitado, que se aborda ya empíricamente, ya
experimentalmente, o ya filosófica mente o en su conjunto con la visión de
generalidad propia del método filosófico, visión en la que confluyen las
observaciones o estudios particulares propios de los métodos empíricos y experimentales.
Sócrates y Platón plantearon el problema del ser humano
y de su vida anímica. Mundo sensible y mundo inteligible eran considerados en
términos de lejanía y es precisamente el alma quien establece el lazo de unión
entre el auténtico ser y el engañoso mundo de lo sensible. Con Aristóteles se funda la Psicología como ciencia
filosófica, y se llega a conocimientos que permanecen válidos, como pueden ser:
el problema relativo al modo de conocimiento o la distinción entre las vidas
vegetativa, sensible, y racional. Su tratado Para
Psyque (Sobre el alma o la
mente), mejor conocido por su nombre en latín, De anima, constituye una
verdadera investigación científico-natural de los procesos biopsíquicos,
aunque, como era inevitable en las especulaciones de la época, intervengan
elementos que no proceden de la experiencia directa, o que dependen de una
peculiar concepción del Universo.
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